CULTIVO:
INGREDIENTE ACTIVO: Clorpirifos etil
DESCRIPCIÓN: Organofosforado no sistémico con actividad insecticida por ingestión, inhalación y contacto, con gran efecto de choque. Produce fosforilación irreversible de la acetilcolinesterasa de los tejidos causando la acumulación de acetilcolina en las uniones colinérgicas de las neuronas: efecto muscarínico, y en las uniones mioneurales de los músculos y ganglios autónomos. El envenenamiento también altera las funciones del sistema nervioso central. La actividad puede reducirse en suelos orgánicos y si la temperatura del suelo es inferior a 5 °C. Los gránulos aplicados en bandas en superficie pueden perder eficacia en condiciones secas. En el suelo se degrada lentamente, por hidrólisis, con una vida media a 25 ºC de 92 a 341 días en suelos ácidos, y de 11 a 200 días en alcalinos. Se considera moderadamente persistente (hasta 1 año). También existe degradación microbiana pero en algunos suelos es poco importante. El ritmo de la degradación aproximadamente se duplica por cada 10 °C de aumento de la temperatura. Tanto en suelos ácidos como básicos la hidrólisis del clorpirifos etil se acelera en condiciones de humedad baja. Su estabilidad aumenta con la materia orgánica del suelo así como con el contenido de arcilla.
INGREDIENTE ACTIVO: Paecilomyces fumosoroseus
DESCRIPCIÓN: Los hongos entomopatógenos causantes de enfermedades en insectos perjudiciales en la agricultura se consideran como reguladores de las poblaciones insectiles, ofreciendo la posibilidad de ser utilizados dentro de un manejo integrado de plagas. Aunque la infección en insectos causada por hongos es conocida desde hace más de un siglo, sólo hasta los últimos años ha sido estudiada intensamente con la finalidad de usar como agentes de control biológico a hongos entomopatógenos. Las conidia se adhieren al insecto, al germinar estas penetran en la cuticula del insecto, hasta el hemocele donde se diseminan por todo el interior del insecto produciéndole la muerte. Los síntomas de la enfermedad son: pérdida del apetito, seguida de una desorientación, debilidad y decremento de la sensibilidad, con la subsecuente pérdida progresiva de las funciones hasta llegar a la parálisis. El cadáver del insecto adquiere un aspecto momificado. Si las condiciones de humedad son apropiadas, emerge el micelio del cuerpo del insecto y esporula en el exterior (Zacharuk, 1981).